¿Estas interesado en iniciar tu propio negocio? Conoce los beneficios al iniciar este negocio, el mercado potencial y la mejor ubicación

    ¿POR QUE UNA TIENDA DE NOVIAS?

    Casarse, festejar los 15 años de una adolescente, bautizar a un bebé o hacer la primera comunión son algunos de los eventos en los que los mexicanos no escatiman en gastos. También son de las celebraciones que nunca se dejan pasar. La etiqueta y tradición que distinguen a estas ceremonias hacen de este mercado una interesante oportunidad para hacer negocios. Un estudio realizado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) reveló que el gasto promedio en la compra de un vestido de novia asciende a poco más de $6,000, lo que representa el 10% del costo de una boda regular. De la misma manera, organizar una fiesta de quinceañera implica gastos de hasta unos $70,000 entre el vestido –el desembolso ronda entre los $7,000 y $11,000–, accesorios, zapatos, recuerdos, música y el alquiler del salón, señalan expertos en este tipo de eventos. 

    También se debe sumar el costo por las invitaciones, que puede llegar hasta $2,000. Así, las tiendas especializadas en proveer todo lo necesario para bodas, primeras comuniones y XV años se convierten en una opción rentable para invertir. De lo que se trata es de ofrecer en un solo lugar los vestidos y trajes para todo tipo de ceremonias religiosas y complementarlo con la venta de accesorios como zapatos, ramos, tocados o tiaras, velas, Biblias, rosarios y lazos. Y si la mercancía se confecciona a mano, tienen un margen de ganancia de hasta el 80% debido al valor agregado que conlleva su producción artesanal.

    FORMATOS DE NEGOCIO EXISTENTES

    En la actualidad existen en el mercado casas de alta costura, además de distribuidoras de vestidos fabricados y modelos de negocio mixtos, que combinan la comercialización de atuendos de marca con la confección de diseños propios dentro de sus talleres. Generalmente están segmentados de acuerdo al nivel socioeconómico al que se dirigen, y prácticamente existe un clúster o conglomerado en cada ciudad, como las calles de novias en los centros históricos. 

    Otro aspecto que distingue a este tipo de negocios es que sus creaciones se adaptan según las necesidades de las personas, quienes ahora buscan funcionalidad. Hoy, los modelos están diseñados con piezas ensambladas que permiten que el traje de ceremonia se transforme en una prenda que se pueda lucir en otro evento. Un ejemplo son los corsés de XV años pueden adaptarse para usarse con otros largos. Otro nicho que ha tenido esta misma evolución es el de las invitaciones, bolos y recuerdos que se obsequian en los banquetes que acompañan a las ceremonias, los cuales son cada vez más prácticos. 

    El objetivo es que todos los “recuerditos” sean algo que les sirva durante o después del evento a los invitados, y no un gasto inútil para el anfitrión. Por ejemplo, elaboran desde toallitas faciales para los climas cálidos, hasta repelentes de mosquitos para las bodas de playa. Otra idea es tener dentro de tu boutique un pequeño stock de zapatos de fiesta, principalmente para el segmento de novias y quinceañeras.

    Toma en cuenta que además de los tradicionales tacones, la tendencia son los tenis de plataforma con modernos estampados. Éste es otro de los complementos que, además, te permitirá atraer más clientes a través de tu aparador.

    Otro modelo que gana popularidad rápidamente es el de vestidos de novia de segunda mano. Respecto al vestido de novia, se calcula que los hay de $2,000 a $80,000 (importado), siendo $6,136 el presupuesto promedio que suele invertirse en México. 

    En cuanto a sus características, según un estudio de la Dirección General de Estudios sobre Consumo (DGCE), 76% de las novias encuestadas en 2009 dijo adquirir su vestido ya hecho (92% en tiendas especializadas) en tanto que el 24% lo mandó a hacer. 

    Sin embargo, sorprende que la DGCE incluyera en sus datos la opción de renta de vestidos de novia. Y es que sí hay quienes eligen esta opción por dos motivos: porque es más barato rentar que comprar (las rentas van de $900 a $1,200) y porque se trata de una prenda que sólo se usa una vez.

    QUIENES SERÁN TUS CLIENTES

    Esta es una de las preguntas más difíciles en el mundo de los negocios: ¿cómo saber si tus clientes reales son los más adecuados para tu producto o servicio? 

    La pregunta no es tan ingenua como parece. Es posible pasarse años atendiendo a un grupo de consumidores sin cuestionarse si tal vez habrá otro segmento de mercado que nos pueda dejar más ganancias. Vale la pena, entonces, que lo pienses bien: ¿qué tan segura estás de que los clientes que tienes en mente son, realmente, a quiénes debes atender? Y en caso de que sospeches que tal vez haya, al final del arco iris, mejores clientes para ti: ¿cómo encontrarlos? 

    ¿Cualquier cliente es bueno? Esto no significa que tengas que "olvidarte" de aquellos que no cumplan tu perfil. La idea es comprender bien qué segmentos atendemos y qué segmentos no se han trabajado. Los compradores difieren en sus deseos, poder adquisitivo, procesos de decisión de compra, y en su actitud hacia la compra. Esto hace necesaria la labor de segmentarlos y así poder evaluar. Hay que dividir los grandes y heterogéneos mercados en segmentos más pequeños y homogéneos, para hacer coincidir las capacidades de la empresa, de sus productos y servicios con los valores que buscan los clientes. 

    Basta mirar lo que ha hecho la Grupo ADO con la línea de autobuses turísticos Turibús en la Ciudad de México. El proyecto comenzó atendiendo principalmente a turistas nacionales e internacionales (dos grupos ya muy diferentes), pero, al poco tiempo de operar, la empresa se dio cuenta que existían otros segmentos muy interesantes, especialmente el de los capitalinos que nunca habían explorado su ciudad desde el punto de vista turístico. Para atacar este segmento, ADO elaboró una campaña de publicidad especial para los habitantes del DF. Después descubrió otros segmentos, como los grupos escolares y empresariales.

    Este caso refleja la importancia de preguntarse cuáles son los segmentos que la empresa realmente debe atender. Para hacerlo, lo primero es verificar tú mercado meta actual. De entre todos tus clientes, ¿quiénes son los que te compraran más seguido? ¿Qué características comparten? Tal vez son más mujeres que hombres. Tal vez son más solteras que casadas. ¿Qué edad tienen? Pero ojo: no son sólo los datos demográficos los que importan. Es vital analizar los psicográficos (estilos de vida y conductas de compra), ya que estos datos nos darán información mucho más detallada sobre la relación de los clientes con nuestro negocio. ¿Cuáles son los valores de estas clientas solteras? ¿Qué hábitos culturales tienen? Pregúntales qué libros leen, qué revistas hojean, qué programas de televisión no se pierden. ¿Cuáles son sus patrones de compra? ¿Qué opinan de tu producto y de la competencia? 

    Todas estas preguntas son pautas para que evalúes tu mercado y verifiques que tu producto o servicio se integra armoniosamente a su estilo de vida. No es necesario que inviertas en un estudio de mercado (aunque no estaría de más realizar uno). Lo más importante será que te acerques a platicar con algunos de tus clientes. Así tendrás la mitad del camino recorrido. 

    Debes tomar en cuenta todo lo que te digan, especialmente si son cosas que no quieres escuchar. Tal vez compran tu producto por necesidad y no por gusto. O puede ser que te estén comprando por comodidad o cercanía, no porque realmente prefieran tus productos. Como ejemplo, piensa en los lugares donde comes en horas de trabajo. O en tu manera de decidir a qué cine ir.

    La mayoría de las personas escogen estos servicios debido a la cercanía o la comodidad, aunque les disguste la opción. Nadie te asegura que tus clientes no te estén usando como su "peor es nada".



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