¿Quién no sueña con tener un jardín con fuentes, flores y árboles que armonicen con el entorno del hogar?
Un jardín bien cuidado y diseñado no sólo ayuda al medio ambiente, sino que embellece y crea atmósferas de tranquilidad y vida. Además, agrega valor al patrimonio inmobiliario.
Los jardines siempre existirán, pero el tiempo y el gusto para decorarlos, muy pocos lo tienen. Antes se estilaba que los servicios de jardinería fueran prestados por personas independientes, que de manera periódica visitaban los domicilios, ofreciendo podado de pasto, limpieza o abono.
Sin embargo, este tipo de servicio siempre ha tenido inconvenientes. Nada asegura la periodicidad y disponibilidad del jardinero y no existen pólizas de seguro involucradas, o garantías en caso de algún desperfecto en el trabajo.
Además, si bien el jardín se veía limpio y con el pasto cortado, no había nada más. Por esta razón, la jardinería y decoración exterior es una excelente idea de negocio. Una empresa que mantenga un contrato, presente proyectos y muestre profesionalismo, siempre será preferida por el cliente.
Por otra parte para mejorar la calidad del aire y la vida de las personas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la existencia de al menos 9m2 de áreas verdes por habitante.
Países como México, Chile y Argentina han establecido mínimos proporcionales de áreas verdes por superficie construida. En la mayoría de los estados del país, generalmente es un requisito para obtener la licencia de uso de suelo.
Así, para obras de infraestructura pública, nuevos fraccionamientos o la ampliación de una nave industrial se contratan a diseñadores, viveristas o empresas de jardinería para ambientarlas con áreas verdes.
Prepárate para participar en los concursos o licitaciones que continuamente abren tanto las empresas como los gobiernos.
Dentro de los servicios que puedes ofrecer se encuentra el podado y riego de pasto. Además debes incluir el servicio de diseño, lo que incluirá un proyecto que remodelará el jardín del cliente, adecuándose a sus necesidades.
Las empresas presentes en este mercado se diferencian entre si por la oferta de sus servicios, pudiendo ser especialistas en un área de la cadena productiva, como la producción de plantas o el propio servicio de jardinería, hasta involucrar una amplia gama de servicios y productos en su oferta comercial.
Por otra parte existen empresas de jardinería especializadas en determinados estilos, tales como el japonés (con un armonioso contraste de piedras y árboles), el árabe-español (con flores aromáticas y fuentes de agua), el californiano (con plantas desérticas y construcciones en madera) o el estilo europeo clásico (con esculturas, laberintos y formas geométricas), entre otros.
A su vez existen tendencias orientadas a la sustentabilidad ecológica.
Esta práctica se refiere a la utilización de los medios que la propia naturaleza ofrece para la autorregulación de los procesos naturales. De este modo se busca que la jardinería sea respetuosa con el entorno.
La tendencia obtiene mayor demanda debido a los problemas ocasionados por el uso abusivo de productos químicos y la mayor concienciación de la sociedad actual por los temas relacionados con la ecología. Además, es considerada una forma de cambiar el aspecto del jardín que generará ahorro de tiempo y dinero.
Los clientes de la empresa de servicios de jardinería pueden ser de diversos tipos:
Es importante que antes el inicio de operaciones se determine el nicho de mercado al que se desea dirigir la oferta, esto no significa que tengas que "olvidarte" de aquellos que no cumplan tu perfil. La idea es comprender bien qué segmentos atendemos y qué segmentos no se han trabajado. Los compradores difieren en sus deseos, poder adquisitivo, procesos de decisión de compra, y en su actitud hacia la compra. Esto hace necesaria la labor de segmentarlos y así poder evaluar. Hay que dividir los grandes y heterogéneos mercados en segmentos más pequeños y homogéneos, para hacer coincidir las capacidades de la empresa, de sus productos y servicios con los valores que buscan los clientes.
De entre todos tus clientes, ¿quiénes son los que te contrataran más seguido? ¿Qué características comparten? Tal vez son más particulares que empresas. Tal vez son más mujeres que hombres. ¿Qué edad tienen? Pero ojo: no son sólo los datos demográficos los que importan. Es vital analizar los psicográficos (estilos de vida y conductas de compra), ya que estos datos nos darán información mucho más detallada sobre la relación de los clientes con nuestro negocio. ¿Cuáles son los valores de estas clientas? ¿Qué hábitos culturales tienen? Pregúntales qué libros leen, qué revistas hojean, qué programas de televisión no se pierden. ¿Cuáles son sus patrones de compra?
¿Qué opinan de tu servicio y de la competencia? Todas estas preguntas son pautas para que evalúes tu mercado y verifiques que tu servicio se integra armoniosamente a su estilo de vida. No es necesario que inviertas en un estudio de mercado (aunque no estaría de más realizar uno).
Lo más importante será que te acerques a platicar con algunos de tus clientes. Así tendrás la mitad del camino recorrido. Debes tomar en cuenta todo lo que te digan, especialmente si son cosas que no quieres escuchar. Tal vez solicitan tu servicio por necesidad y no por gusto. O puede ser que te estén eligiendo por comodidad o cercanía, no porque realmente te prefieran. Como ejemplo, piensa en los lugares donde comes en horas de trabajo.
O en tu manera de decidir a qué cine ir. La mayoría de las personas escogen estos servicios debido a la cercanía o la comodidad, aunque les disguste la opción. Nadie te asegura que tus clientes no te estén usando como su "peor es nada".
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