¿POR QUE UNA IMPRENTA?
El sector de las artes gráficas, sector en el que se encuadran las imprentas, tiene un peso más que notable en la economía de nuestro país. Como hemos podido extraer de diferentes fuentes, el número de empresas de este sector es cada vez mayor, siguiendo una tendencia creciente que, aunque lenta, es estable en el tiempo. Esto ha derivado así mismo en la generación de un mayor volumen de empleo.
Este sector ha vivido una importante revolución recientemente debido a la informatización y digitalización de los procesos que ha supuesto una simplificación de manera importante del proceso de producción de las imprentas. De hecho, este componente innovador se ha convertido en la principal ventaja competitiva de este tipo de empresas.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el sector de las artes gráficas ostenta un peso relevante en el conjunto de la industria manufacturera. En el año 2005, el sector integraba a más de 10.000 establecimientos industriales que daban empleo a cerca de 200.000 trabajadores.
FORMATOS DE NEGOCIO EXISTENTES
Los diversos modelos de negocio dentro del sector de las imprentas se categorizan principalmente por la oferta de servicios que ofrecen, pudiéndose especializar en un área en particular, como la serigrafía, y ofrecer servicios complementarios de publicidad en este caso, sin embargo el presente estudio se centra en un establecimiento con una oferta integral de productos y servicios.
QUIENES SERÁN TUS CLIENTES
En lo relativo a clientes, la producción de la imprenta va destinada a los siguientes sectores: Otras Actividades Empresariales (agencias de publicidad, entre otras), Administración Pública, Banca, Educación, Seguros...
Los clientes pueden ser de diversos tipos:
Lo importante es conseguir un volumen alto de clientes, por ello se debe ofrecer un servicio integral, debido a que un mismo cliente puede ser demandante de varios productos o servicios.
EL MEJOR LUGAR PARA UBICARTE
Al tratarse de un sector atomizado el desempeño de la actividad se centra en el espacio geográfico más cercano, normalmente la propia localidad o provincia. En general no presenta grandes condicionantes de ubicación por lo que es perfectamente trasladable a cualquier ámbito geográfico. Lo recomendable sería ubicar el local en parques empresariales y cercanos a oficinas.
Realiza un análisis que, como mínimo, considere estas cuatro acciones imprescindibles.
1. Identifica tu público objetivo. Para definir temas tan relevantes como el tamaño y el diseño interior es vital que puedas dimensionar tu demanda potencial. Y la única forma de hacerlo es estableciendo parámetros concretos: quién es tu cliente ideal y cuáles son sus hábitos regulares de compra (cómo, cuándo y para qué lo hace). Idealmente, estudia el lugar donde trabajan tus clientes y qué vialidades utilizan para llegar hasta ti (si es por transporte privado, por ejemplo, es probable que necesites un estacionamiento). Si transitan a pie, es clave que analices si el punto de venta y la zona te permitirán llamar su atención (a través de letreros, promociones en calle u otras tácticas).
2. Establece un "anillo de acción". Con tu perfil de cliente en mano es posible comenzar la selección de los destinos probables de tu negocio, sea por delegación, sector o barrio. Este será tu "anillo general de acción". No te guíes sólo por la intuición: busca información en oficinas de gobierno (sobre todo si existen antecedentes sobre ingreso promedio u otros datos socioeconómicos) y pregunta a locatarios ya establecidos. Identifica si el lugar mantiene afluencia toda la semana, de lunes a viernes, y si el público es familiar, universitario o ejecutivo. También analiza si cuenta con buenas vialidades de acceso y, en lo posible, determina el tamaño del mercado: habitantes residenciales y población flotante (aquella que, aunque no viva allí, pasa gran parte del día en la zona trabajando o estudiando). El objetivo final es saber si la zona vive un período de auge comercial o está en franca decadencia.
3. Analiza a detalle el área cercana. Cuando ya has definido un "anillo general de acción" es recomendable que te "claves" en el estudio del área en que deseas instalar tu negocio. Camina por calles, avenidas, mercados, hospitales y corredores o centros comerciales. Define las zonas que atraen más visitantes, sin olvidar escuelas, centros educativos, oficinas corporativas y de gobierno. Un truco muy práctico: recorre los parabuses y pregunta a la gente cuáles son las "referencias" para llegar al lugar ("A la vuelta del supermercado X", "Junto a la plaza", "Doblando por la calle Z").
Eso te dará una idea de los íconos del barrio: si te ubicas cerca de ellos, será más fácil que te encuentren. Y no te olvides de la competencia: mapea dónde están, qué ofrecen y cómo el público accede a sus locales.
4. Ajústate a la realidad financiera. Una vez listo el análisis, busca la opción que mejor se adapte a tus necesidades y presupuesto. Con base en esto podrás definir, para empezar, si vas a rentar o comprar. Si la opción es alquilar, te recomendamos lo siguiente:
Una vez que has evaluado el mercado, identificado tus áreas favoritas y analizado tus verdaderas posibilidades de pago, comienza a trabajar en los detalles que harán de ese local tu mejor aliado.
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